20 de Octubre de 1975 no se olvida.


Aún tiene la mirada triste. Desde aquel día, ya nada fue lo mismo...El contaba con sólo 17 escasos años. Bien vividos o mal vividos, pero sabía que era tiempo de disfrutar una juventud maravillosa. Sabía que poco a poco avanzaría en sus estudios y llegaría a ser alguien en la vida, ganando mucho dinero en algún puesto de una gran empresa. No sabía cómo pero así sería...
La situación económica precaria de su familia, lo había obligado a abandonar esos pensamientos de disfrute y también a abandonar el lugar en la Preparatoria popular, que un año antes le había costado mucho trabajo conseguir.
Aquella mañana era un día especial. Especial, no porque se celebrara algo, ni por que cambiara la situación política de México, ni por que el presidente Echeverría diera a conocer su arrepentimiento por su participación en la masacre ocurrida en Tlatelolco y en la Normal de Maestros en años pasados, y que por lo tanto entregaba su renuncia con carácter de irrevocable.
No. Esa mañana era especial por que amaneció nublado y creaba un ambiente medio triste, de esos días que alguien dice: "El día está triste".

Era un 20 de Octubre de 1975 y eran las 9:00 de la mañana. Camilo caminaba medio abrigado pero con frío, se dirigía a la estación del metro San Lázaro que en aquel tiempo era una de las más concurridas y ocupadas por mucha gente. Personas de la Moctezuma, de la 20 de Noviembre, de la Malinche, etc., todas se dirigían a esa estación. Tenía que entrevistarse con un contratista a las 10 de la mañana, que posiblemente le daría trabajo de Ayudante de Albañil. Lo vería en la Estación del Metro Xola en la parte final del anden, dirección Tasqueña. Él, estaba llegando a San Lázaro a las 9:05. 

Mientras tanto, el la Estación terminal de Tacuba, Alfonso Sanchez Martinez se preparaba para abordar el convoy del Metro número 08. No podía decir que era su comboy número 08 , su "favorito", ya que día con día se le asignaba a él como conductor del STC, un Convoy diferente y con ninguno de ellos podría "encariñarse".
Así es que abordó su convoy y emprendió su trayecto con dirección Tasqueña. Algo rutinario.
Camilo llevaba en su mente los pensamientos que sólo un joven de 17 años puede tener, con el entusiasmo y con las fuerzas de comenzar en un nuevo empleo, con la sola ilusión de ayudar a su Familia, a sus hermanos, a sus padres.
A las 9:25 Estaba transbordando en la Estación Pino Suarez, donde se "unen" la Linea 1 con la Linea 2 de nuestro STC, la Linea Rosa con la AZúl. Es ahí donde Camilo sube al Convoy #08 y sube en el penúltimo de los vagones, ya que su entrevista tendrá lugar en la parte final del andén dirección Tasqueña. 
Conducido por Alfonso Sanchez Martínez, el convoy #08 ya había experimentado varios retrazos debido a que la palanca de emergencia se había activado varias veces en su trayecto. Hasta el momento no se sabe si estas "activaciones" de palanca fueron fallas electromecánicas o fueron deliberadamente provocadas. 

El hecho fue que, llevaba varios minutos de retrazo, y el Convoy #010, que para las 9:38 viajaba detrás, ya le "pisaba los talones". El jefe de Control de dicha Linea (la Azúl), declaró que fueron varias veces las que advirtió al conductor vía Radio, del atrazo del Convoy #08 y que debía detenerse. Advertencias que el conductor nunca escuchó...
El Convoy #08 donde viajaba Camilo, se encontraba estacionado en la Estación Viaducto, ya que una vez más se había accionado la palanca de emergencia, y el conductor es el que tenía que bajar, buscar el carro donde estaba accionada la palanca y desactivarla.

El conductor de el Convoy #10 sale de la Estación Chabacano (detrás del Convoy #08 y de Camilo), y viajando a un poco más de 70 Kph. Nunca se percató de la presencia del convoy #08 estacionado en la siguiente estación (Viaducto). Después, el conductor declaró que en la intersección del Viaducto Miguel Alemán y Taxqueña, se encuentra una "lomita" que impide visualizar la siguiente Estación desde Chabacano donde se encontraba. 


Cuando se percató de la presencia del Convoy #08, ya era imposible deterse y optó por saltar del Convoy para no morir. Debido al tremendo impacto, el Convoy #10 se "monto" literalmente al Convoy estacionado matando así a 31 personas y provocando heridas graves a más de 70 personas, entre ellas Camilo que bajaría en la Estación siguiente.

Lo demás es historia. Mucha de esa historia se ocultó o se destruyó debido a las malas costumbres del Gobierno de entonces, de ocultar todo lo malo que pasaba en nuestro País, de obligarnos a vivir a su manera, de ser omnipotentes, de acaparar todo el poder y a toda costa, de querer tapar el Sol con un dedo. 

Este hecho se está olvidando entre nosotros los Mexicanos. Y así como éste, hay muchos que estamos olvidando y eso es peligroso para nosotros: "El Pueblo que olvida su Historia, esta condenado a repetirla".

Este fin de semana asistí al cumpleaños número 55 de Camilo. Ya estamos viejos (él y yo) y apesar de sus limitaciones por la Paraplejía, aún tiene sueños y esperanza.     

  
Ernesto Muñoz...